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Sergio Larraín: el enigmático y más famoso fotógrafo chileno

En el Museo Nacional de Bellas Artes:

Sergio Larraín: el enigmático y más famoso fotógrafo chileno

Publicado el 25/03/2014
Regresa el viernes, después de 56 años, en su primera gran exposición retrospectiva tras su muerte, acontecida el 7 de febrero de 2012.

De Sergio Larraín Echenique (a él le gustaba escribir su apellido sin acento) se ha dicho todo. Nacido en 1931, en el seno de una familia acomodada, en casa de su padre, el arquitecto Sergio Larraín García-Moreno (fundador del Museo de Arte Precolombino), Larraín tomó contacto por primera vez con el arte y particularmente con la fotografía.



Su carrera fue meteórica . Luego de cambiar sus estudios de Ingeniería Forestal por los de fotografía en la Universidad de Michigan (EE.UU.), trabajó durante una década en el fotoperiodismo y algunas imágenes le fueron encargadas para la gran exposición "Rostro de Chile", que organizó el Departamento de Fotografía de la Universidad de Chile en su Casa Central, en 1960.



Dos años antes, en 1958, Larraín había expuesto en el Museo Nacional de Bellas Artes, lugar que nuevamente lo acoge después de 56 años.



Gracias a una beca otorgada por el Consejo Británico, viajó a Londres entre 1958 y 1959, etapa en la que conoció al gran fotógrafo, Henri Cartier-Bresson, quien lo invitó a formar parte de la prestigiosa Agencia Magnum, tras lo cual se instaló en París donde comenzó a producir reportajes para la Agencia-Cooperativa fundada por el propio francés. Es, en aquella época, el único chileno y el único latinoamericano en conquistar el honor de esa membresía.



Tras su muerte, el 7 de febrero de 2012 en el poblado ovallino de Tulahuén, comenzó a gestarse en Europa la idea de una gran exposición en su honor. Fué Agnés Sire, directora de la Fundación Henri Cartier-Bresson de París, quien realizó la curatoría haciendo posible la presentación de estas 157 fotografías, primeramente en los Encuentros Internacionales de Fotografía de Arles (Francia), el pasado mes de julio.

Llegaron al país a través de los contactos realizados por la dupla de gestores culturales formada por Verónica Besnier y Luis Weinstein, conjuntamente con Fondart.



Una vez concluida la exhibición que se inaugura el jueves en el Bellas Artes, la misma viajará a la Pinacoteca de Concepción (31 de julio); al Museo Regional de Magallanes, en Punta Arenas (1 de octubre), y al Museo Gabriel González Videla, en La Serena (3 de enero). Luego a Alemania e Italia.

Poesía y desamparo



No es fácil adentrarse en la fotografía de Sergio Larraín. Es como si el autor hubiese querido cambiar su vida, confortable y llena de recursos, por la crudeza del mundo de pobres y desamparados. Una realidad que él vino a descubrir a través del lente de su cámara. Nacen de este modo "Los niños del Mapocho", con una pobreza infantil que debió ser la misma que amparó el Padre Hurtado; "La mafia siciliana"; "Los Siete Espejos", famoso burdel de Valparaíso, con ese gran salón donde todos se miraban, y el gran reportaje a "Valparaíso", el puerto más austral del mundo, donde convive la suciedad, la bohemia y el desamparo.



Otras series, a la manera de Cartier-Bresson, Doisneau o Louis Stettner, las hizo en Europa. En Londres, París e Italia. También en Argel, en Bolivia y en Perú, acercándose a su Chile natal.



Ya en 1969 Sergio Larraín figura en Arica, donde adhiere a las enseñanzas de su maestro de yoga, Óscar Ichaz,o en torno al naturalismo. Comienza otra etapa en su vida creativa, ya no con personas ni con miserias, sino que con las llamadas "Satoris", que son fotos sobre detalles de la naturaleza y objetos. Algunas de estas imágenes también estarán presentes en la exposición del Bellas Artes.



A finales de los años sesenta, Larraín se trasladó a Ovalle, donde fue abandonando poco a poco la fotografía para profundizar en el estudio de la cultura y mística oriental.



Recluido como un hermitaño, comienza el mito Larraín, quien permanece casi medio siglo de su vida alejado del arte que le dio prestigio internacional como el mejor fotógrafo de Chile.



"Me enviaba por correo copia de sus fotos que están depositadas en Magnum, para que las seleccionara y le diera el visto bueno", dice Sire, quien está en el país con motivo de la exposición y que logró, de ese modo, que Larraín ordenara su archivo y eligiera las fotos que en 2013 se mostraron en Arles y en la Fundación Cartier-Bresson de París.



Cuenta también su colega, el fotógrafo chileno Luis Poirot, que a tal llegó el grado de misticismo de Larraín, que en su refugio de Ovalle no tenía luz eléctrica y que era capaz de destrozar grabadoras o cámaras fotográficas de periodistas o personas a quienes descubría en un afán de entrevista furtiva.



Agnés Sire recibió la última carta de Larraín a pocos días de su muerte, y afirma que la muestra es trascendente, puesto que el artista accedió a montar la exposición y editar el libro, siempre y cuando fuese después de su fallecimiento.



Originales de las fotografías de Sergio Larraín, cuyos negativos están custodiados por la Agencia Magnum, figuran en los más importantes museos del mundo, entre ellos el MoMA, de Nueva York. También en colecciones particulares.

Además de la muestra, que concluirá el 15 de julio, estará disponible el libro editado por Sire bajo el sello Xavier Barral el que, con cerca de 400 páginas, incluye fotografías, dibujos y cartas. Los textos en español son del investigador Gonzalo Leiva, y de ellos se han hecho traducciones al inglés, francés, alemán y chino.

El ciclo de conversaciones "Mostrar a los otros lo que otros no miran. Perspectivas en torno a la fotografía de Sergio Larraín", que prepara el Museo de Bellas Artes para el viernes 11 de abril, será transmitido vía streaming, puesto que todas las inscripciones ya están copadas.