Pasar al contenido principal

“Con aroma a café” destacó el activo rol de las bibliotecas con las comunidades en tiempos de pandemia

“Con aroma a café” destacó el activo rol de las bibliotecas con las comunidades en tiempos de pandemia

Publicado el 21/07/2020
La conversación en torno a la experiencia nacional e internacional en distintas bibliotecas públicas puso de relieve la reinvención y el trabajo en equipo necesarios para disponibilizar sus servicios en medio de la coyuntura sanitaria que vive el mundo.

En un ambiente de cordialidad y amistad se realizó esta mañana "Con aroma a café: conversación en torno a la reapertura de servicios en bibliotecas públicas" que por primera vez reunió virtualmente a directivos institucionales y extranjeros con el objetivo de compartir sus experiencias frente a la pandemia de Covid 19 y los servicios bibliotecarios desde sus propias experiencias de trabajo.

La iniciativa organizada por la Biblioteca de Santiago y la Dirección Regional Metropolitana, convocó a un café compartido a Carlos Maillet Aránguiz, director del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural; Marcela Valdés Rodríguez, directora de la Biblioteca de Santiago; Sara Bolaños Muñoz, directora ejecutiva de la Fundación Claroscuro de Ecuador; Sandra Suescún Barrera, coordinadora de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas del Ministerio de la Cultura de Colombia; y a Isabel Blanco Pardo, directora da Rede de Bibliotecas Municipais da Coruña en España.

El diálogo moderado por Gabriel Díaz, director de la Región Metropolitana, se inició con la presentación y los saludos de los participantes quienes destacaron el espacio de intercambio y conversación virtual generado por el Servicio y la oportunidad de contar sus experiencias.

El director Carlos Maillet agradeció la participación de las panelistas y señaló que esta instancia era una invitación a conversar sobre el lado positivo de la pandemia, el futuro y darle esperanza a las personas que buscan en las bibliotecas un espacio de acogida.

El primer punto que se trató en el encuentro fue el momento en que la pandemia encontró a cada institución. Marcela Valdés, directora de la Biblioteca de Santiago, relató que "para nosotros fue bien complejo porque este año es muy importante para la biblioteca que cumple 15 años en noviembre. Entonces fue reinventar una agenda de un año que iba a ser con mucha celebración y actividades presenciales y en ese sentido, esa reinvención se tuvo que ir produciendo en el camino. Creo que hemos tenido que aprender muchísimo y sacar fortalezas y competencias de donde muchos no teníamos, empezar a trabajar con nuestros usuarios desde un mundo totalmente virtual, hacer gran uso de las redes sociales, pero también desde la comunicación telefónica, de acompañar, de contener y conversar".

"Cerrar una biblioteca y ponerle un candado fue muy duro", señaló Valdés, "indudablemente hay un criterio de seguridad para nuestra comunidad y nuestros trabajadores, pero no deja de tener ciertos símbolos para quienes adoramos las bibliotecas públicas, el acceso al patrimonio, a la cultura, la información, la recreación y el conocimiento es muy complejo. Veníamos de un año de momentos muy difíciles después del estallido social donde la biblioteca también tuvo que estar cerrada y se tuvo que reinventar, por lo tanto, proyectábamos un año muy distinto, con mucho trabajo comunitario y creo que eso no ha cambiado, hemos seguido ese trabajo comunitario pero indudablemente hemos tenido que aprender mucho, el equipo de la biblioteca ha sacado una fortaleza y una creatividad enorme".

Sandra Suescún, contó que en Colombia esto coincidió con el cambio de gobiernos locales y hay que volver a posicionar las políticas públicas y la importancia de las bibliotecas en materia de inversión. "Nuestra agenda para este año era recibir estos nuevas administraciones y poner en la agenda pública de los gobiernos locales a las bibliotecas públicas y eso por supuesto incluía un trabajo y una gestión en territorio muy fuerte desde el Ministerio de Cultura, desde la biblioteca nacional, nosotros tenemos unas estrategias de presencia en región que son las que nos han permitido desarrollar mucho el proyecto de red y, por supuesto este era el año de sentar a todas las administraciones y sentarnos con ellos a tomarnos este café y lograr que quedaran en los planes de desarrollo local que van a cuatro años".

La directiva añadió también que de enero a marzo es un momento también en el que se contratan a muchos funcionarios y sin presupuesto asignado, una situación muy crítica para el sector que tuvo que enfrentarse, pero que se apoyó en la red de bibliotecas y bibliotecarios que se ha creado y que permitió cambiar la agenda y como se va a dar continuidad a los servicios de una manera muy positiva, aprendiendo mucho y gracias a los bibliotecarios que convicción y compromiso sacan adelante sus proyectos.

Sara Bolaños, de la Fundación Claroscuro de Ecuador comentó que cuando se inició la cuarentena en su país estaba trabajando en un centro cultural particular que organizaba una feria del libro. "Teníamos todo listo para en abril hacer la fiesta de libros y tuvimos que cancelar todo, porque además el enfrentar la virtualidad era algo que no habíamos pensado. Uno siempre habla de la virtualidad y que hay herramientas que ayudan mucho para poder emprender ciertos proyectos, pero no teníamos en la cabeza instalado que podríamos haber hecho una feria de libros virtual. Ahora sí que sabemos que lo habríamos podido hacer, pero en ese momento fue solo decir que se cancela, nos vamos para la casa y no hay nada que hacer. Además que un centro cultural particular tiene muy pocas posibilidades de sobrellevar esto como el Estado. Oigo a Sandra y veo que ahí el tejido social y de trabajadores bibliotecarios es distinto, hay otros recursos y formas de mantenerse conectados. Acá desde lo privado, primero que éramos muy pocos y no podíamos enfrentar el cambio que significaba hacerlo virtualmente".

Como conservadora Sara comentó que también como conservadora nacieron muchas dudas en cuanto al manejo y desinfección de los libros y se preocupó de apoyarse en material médico para ver cómo se transmite este virus y poder responder a los requerimientos de otras instituciones en torno al manejo de las colecciones.

El director Carlos Maillet añadió que "es interesante como se ha abierto o acelerado el proceso de contacto con la comunidad porque antes de la pandemia e incluso como decía Marcela desde el estallido social tuvimos una serie de desconexiones con la comunidad y las bibliotecas cumplen un rol muy activo en el encuentro de las comunidades, en canalizar sus inquietudes, y los canales digitales fueron vitales, creo que nosotros desde el mundo de las bibliotecas y los museos tenemos bien tendidos esos puentes. Creo que también hoy en día todos los países están pasando por un proceso de incertidumbre en cómo acceder, cómo salir, cómo crear protocolos. En ese sentido es importante hacer las cosas paso a paso, primero la seguridad de los funcionarios, de las personas y los recintos tienen que volver a atraer a la gente" y agregó que "hay un desafío de pasar de la oferta virtual que tiene que seguir y potenciarse a volver a aumentar la relación con la comunidad, que sientan que nuestros espacios no solamente tienen condiciones pragmáticas de higiene, sino también desafíen la nueva mente que se ha creado en torno a lo que ha pasado en nuestra sociedad, esto nos interpela a ser más creativos, a estar más en contacto entre nosotros, a conversar más, a dialogar y eso tiene que traducirse con fuerza en las bibliotecas".

Isabel Blanco hizo eco de la experiencia en España y especialmente desde su área de trabajo señalando que es una experiencia diferente a chilena o colombiana donde existe descentralización del Estado y las comunidades autónomas son los que tienen la gestión de bibliotecas y a su vez los ayuntamientos tienen autonomía local lo que dificulta la constitución de una red. "Todo tiene que ser voluntario, los acuerdos que se toman a nivel de España son voluntarios porque cada uno tiene autonomía de gestión. A nosotros nos cogió absolutamente de sorpresa porque de un día para otro nos vimos en un confinamiento y con un estado de alarma. Y en nuestro caso con la paradoja que por primera vez en muchos años después de haberlo intentado estábamos por fin aplicando un plan estratégico. Los españoles tenemos fama de ser muy malos planificadores pero muy buenos improvisadores y una vez más creo que se ha demostrado que sabemos improvisar muy bien, o sea que tuvimos que abandonar nuestro plan estratégico y de pronto ponerte a hacer y un poco en esa premura en que nos encontrábamos, hacíamos, reaccionábamos y volvíamos a hacer".

Dentro de eso, Isabel afirmó que había funcionado relativamente bien y que durante la etapa de confinamiento se desarrollaron muchos servicios y programas digitales y que e la actualidad trabajan en la vuelta a las bibliotecasy a dar servicio presencial, plan que se desarrollaba en varias etapas, una primera para préstamos y actualmente en una segunda y tercera fase de consulta en sala y consulta de ordenadores a un 50 o 75% del aforo y una realidad en la que la gente aún no acude a las bibliotecas y está temerosa de volver. Una etapa preocupante y de transición donde abren solo en las mañanas y para algunos servicios determinados y esperando qué sucede con los rebrotes y las instrucciones de las autoridades sanitarias.

Posteriormente la mesa reflexionó sobre las medidas y aplicación de elementos desinfectantes en los papeles de las publicaciones y la elaboración de protocolos de seguridad en bibliotecas como también el rencuentro con las comunidades ante los temores naturales de trabajadores y las audiencias. A su vez también se abordó la flexibilidad en la planificación y la confección de protocolos de seguridad tanto para los trabajadores y trabajadoras como para las colecciones y para los usuarios y usuarias, de acuerdo a la experiencia española relatada por Isabel Blanco.

Desde la Biblioteca de Santiago se comentó la elaboración de un manual de procedimiento que plantea cómo va a ser este proceso de retorno y qué pasará con los servicios de la biblioteca, con acciones tan básicas como dejar libros que regresan de préstamo en cuarentena y aislados durante 14 días.

Casi al cierre se reflexionó también sobre el caso español y también la reeducación de los usuarios y usuarias que deben actuar de una forma diferente a la que se acostumbraba y en el importante rol que le corresponde a bibliotecarios y bibliotecarias en ser el nexo con la comunidad al entregar información sobre cómo cuidarse y respetar las medidas de seguridad implementadas tanto al interior de las mismas instituciones como en el exterior.

Representantes de Quirihue, Licantén, El Quisco, Alto Hospicio, Llay Llay, Portezuelo, Canela, El Tabo y Coinco, entre otras localidades del territorio chileno, y desde distintos puntos de Argentina, Uruguay, Colombia, Costa Rica y México, se conectaron a la transmisión que sumó más de 200 espectadores quienes participaron activamente de la conversación a través del chat del canal en YouTube del Servicio, desde donde se puede volver a ver el evento.