A 30 años de Beijing: el legado vigente de una agenda global por la igualdad de género
Hace tres décadas, el mundo acordó un compromiso histórico con los derechos de las mujeres y las niñas. En septiembre de 1995, la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, realizada en Beijing (China), reunió a 189 Estados que adoptaron por consenso la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, el plan más ambicioso elaborado hasta hoy para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en todos los ámbitos de la vida social, política, económica y cultural.
Treinta años después, su legado continúa siendo una hoja de ruta esencial para las políticas públicas y los movimientos sociales que buscan erradicar la discriminación estructural y avanzar hacia sociedades más justas y diversas. La Plataforma identificó 12 áreas críticas de preocupación: pobreza, educación, salud, violencia, economía, conflictos armados, toma de decisiones, mecanismos para el adelanto de las mujeres, medios de difusión, derechos humanos de la mujer, medio ambiente y las niñas, estableciendo que los derechos de las mujeres son derechos humanos y que su pleno ejercicio es condición indispensable para el desarrollo y la democracia.
“Beijing marcó un antes y un después. Nos dio un marco común para actuar desde los Estados y desde la sociedad civil, con metas claras y una visión de transformación profunda”, ha señalado ONU Mujeres en el marco de la conmemoración global.
Archivo Nacional de Chile conmemora los 30 años de la Declaración de Beijing
En el marco de esta importante efeméride, el Archivo Nacional de Chile, a través del Archivo Mujeres y Géneros organizó el encuentro “Nosotras tenemos la palabra. A 30 años de la Conferencia de Beijing”, una instancia de reflexión, diálogo y memoria que se desarrolló los días 22 y 23 de octubre de 2025 en la sede institucional del Archivo, en Santiago.
Esta actividad se origina a partir de la reciente donación del fondo documental del “Grupo Iniciativa Mujeres” al Archivo Nacional de Chile. Este fondo, compuesto por 10 unidades de instalación que abarcan 1,8 metros lineales, reúne documentación central para comprender el rol del movimiento de mujeres en uno de los hitos más relevantes de la agenda global de género.
El Grupo Iniciativa Mujeres, creado en 1994, articuló a nivel nacional a diversas organizaciones de la sociedad civil en el proceso de preparación, participación y seguimiento de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, realizada en Beijing en 1995. Su labor fue decisiva en la construcción de una agenda feminista común, el fortalecimiento del movimiento de mujeres en Chile y la incidencia en políticas públicas orientadas a la igualdad de género.
La actividad —realizada junto al Observatorio de Género y Equidad, el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género y ONU Mujeres— reunió a destacadas académicas, dirigentas y activistas que algunas de ellas participaron en el proceso de preparación de Beijing o que directamente fueron protagonistas y representantes de Chile en la Conferencia de 1995 y que hoy continúan impulsando una agenda feminista desde distintos espacios.
Participaron en la primera jornada, Teresa Valdés Echenique (coordinadora del Observatorio de Género y Equidad) y Francisca Rodríguez Huerta (Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, ANAMURI), quienes compartieron sus experiencias sobre el trabajo de preparación que sostuvieron previo a la convención, así como también, reflexiones sobre los avances y desafíos que persisten en materia de igualdad, participación y reconocimiento de la diversidad en la actualidad.
En la segunda jornada, se abrió un espacio de conversación centrado en los desafíos y las proyecciones de los derechos de las mujeres y las niñas. El panel estuvo compuesto por la socióloga María Elena Valenzuela, Mónica Maureira Martínez, periodista, representante de Chile en el Comité de Expertos de la Secretaría Técnica de la Convención de Belém do Pará de la OEA (MESECVI) y Pierina Ferretti Fernández, Socióloga, Directora Ejecutiva de la Fundación Nodo XXI.
En esta jornada, además, se proyectó una selección del documental de Cecilia Barriga Cabezón “Pekín no fue un sueño” (1995), en el que se visualizaron imágenes y testimonios de la participación de las mujeres chilenas en la conferencia de Beijing.
Finalmente, al cierre de la jornada, participó la Ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Antonia Orellana Guarello, quien destacó los principales avances alcanzados por el país en materia de igualdad de género durante las últimas décadas. La autoridad subrayó la aprobación de normativas clave —como la Ley de Sala Cuna Universal— que fortalecen la protección de derechos y la corresponsabilidad social del cuidado. Asimismo, señaló que Chile ha logrado consolidar consensos sociales que hace una generación parecían inalcanzables, enfatizando que “hoy vivimos mejor que nuestras abuelas”, expresión que, según indicó, refleja el impacto concreto de las políticas públicas impulsadas desde el Estado y del trabajo sostenido del movimiento de mujeres.
El encuentro incluyó mesas de conversación, proyección de archivos históricos y un espacio de intercambio intergeneracional que permitió revivir las voces de las mujeres que representaron a Chile en Beijing en 1995 y, al mismo tiempo, conectar ese legado con las demandas actuales por mayor equidad y justicia social.
Un legado que también es patrimonio
Desde el ámbito del patrimonio cultural, esta conmemoración invitó a revisar cómo los principios de Beijing se entrelazan con las políticas de memoria, participación y diversidad que impulsan instituciones como el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, tal como fue señalado por Scarlette Sánchez Lobos, coordinadora de la Unidad de Género del Serpat.
Incorporar la perspectiva de género en los espacios patrimoniales implica reconocer las huellas históricas de las mujeres y las diversidades, visibilizar sus aportes y promover entornos laborales, museales y comunitarios libres de violencia de género y discriminación.
A 30 años de aquel encuentro mundial, el llamado sigue vigente: “Las mujeres tienen la palabra”. Y esa palabra —convertida en acción, memoria y participación— sigue siendo el motor de transformación hacia un futuro más igualitario e inclusivo.