En el marco del “Seminario “Bibliotecas y Bibliotecarios como mediadores de cultura, educación y desarrollo social inclusivo”, efectuado por el Colegio de Bibliotecarios en la Filsa, el Director Regional Metropolitano del Serpat, Gabriel Díaz, se refirió a los avances y déficits de la inclusión en las bibliotecas del país.

“¿Las bibliotecas siempre han sido inclusivas? No -dice Díaz-. El conocimiento escrito estaba dirigido, y aún lo está, a quienes saben leer y escribir. Para hablar de inclusión sólo podemos retroceder 40 o 45 años, con la incorporación de la estantería abierta, que permite a las personas elegir lo que leen”.

“Tenemos iniciativas inclusivas como la Bibliolancha, que incluye a compatriotas que no pueden acceder a libros por razones geográficas y las Guaguatecas, que consideran que el acto de leer va desde aprender a reír, y eso es la lectura, es decodificar.  Además, incorporan a padres y a cuidadores”, ejemplificó. 

Para Díaz “aún tenemos un largo camino por delante. La inclusión nos obliga ser creativos, porque requiere donación libros, requiere qué sepamos qué hacer con una persona que tiene una crisis emocional en nuestros espacios, con un adulto mayor sin red de apoyo que busca un lugar seguro, cuál es nuestro rol social con las personas indigentes en situación de calle o ante un usuario/a LGBTQI+, y las iniciativas de inclusión que tenemos hacía los migrantes”.

“Hoy estamos faltos de una inclusión real y efectiva, nos queda un largo camino para ella, así que les invito a seguir trabajando para poner el sello de la inclusión en todas nuestras bibliotecas y proyectos”, concluye el director.