Tres miradas a la figura trascendente de la poeta popular Rosa Araneda
"Quisieron enterrarnos pero no sabían que éramos semilla". La frase inspirada en un poema del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, bien podría encabezar la biografía completa de Rosa Araneda Orellana (1853 – 1895) , figura silente de la poesía popular chilena del siglo XIX. A doce años del ingreso de la Lira Popular al Registro Memoria del Mundo de la UNESCO, el nombre de Rosa sigue abriéndose paso entre los pliegues de la historia oficial, impulsado hoy por cultoras, investigadoras y archivistas que la reivindican como una autora imprescindible para comprender las raíces críticas y populares de la literatura chilena.
Nacida en San Vicente de Tagua Tagua y radicada junto a su hijo en barrios cercanos al río Mapocho en Santiago, Rosa Araneda fue una de las autoras de la Lira Popular, nombre con el que se conoce en nuestro país al conjunto de pliegos de poesía popular que se publicaron desde la segunda mitad del siglo XIX. Según destaca Carolina Tapia Valenzuela, Jefa Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares de la Biblioteca Nacional: “el arte de la poesía en décima se consideraba una práctica masculina en esa época y Araneda fue una de las pocas mujeres, o quizás la única, que publicó en las hojas de la Lira Popular”.
Esta poesía impresa en pliegos de papel corriente contenía ilustraciones, décimas y versos escritos por poetas populares sobre una pléyade de temas de interés público: acontecimientos políticos, tragedias nacionales, sangrientos crímenes, supuestos milagros, elevadas plegarias, crónicas de desastres naturales y episodios de la vida cotidiana. Circulaba por el país gracias a la red de trenes por centros de producción minera, puertos y lugares de trabajo, eran ofrecidas por pocas monedas en espacios públicos por sus propios autores o personas de escasa edad apodadas “canillitas”.
Estas particulares publicaciones hoy son parte de patrimonio documental mundial, reconocido por el programa Memoria del Mundo de la Unesco desde el 18 de junio de 2013. El acervo está repartido en tres colecciones conocidas: Rodolfo Lenz y Alamiro de Ávila de la Biblioteca Nacional, y Lira Popular de la Universidad de Chile. De un total de 1500 pliegos, cerca de 80 publicaciones están firmadas con el nombre de Rosa Araneda.
Las motivaciones de Rosa
La poeta Rosa Araneda se destacó por incorporar en sus escritos una mirada crítica hacia la pobreza, las injusticias sociales y las condiciones de vida del pueblo, revelando una sensibilidad política que complejiza el lugar que ocupaban las mujeres en el espacio público y en el circuito literario de la época. En “El cambio de baja, es la carestía en Chile” (1894) Rosa escribe: “El cambio se halla de baja, / El alimento mui caro / El pobre no tiene amparo / En Chile si no se ataja”.
Si bien los versos de otros poetas populares rehuían de la posición política, las letras de Rosa abordaron profusamente la situación del presidente José Manuel Balmaceda, el Combate Naval de Iquique, la Guerra Civil de 1891 y el rol de las élites que se beneficiaron luego del conflicto. “Guillermo, Cucho y Martínez / con un grande desarreglo / se quieren comer al pueblo / como rabiosos mastines”, escribió, en un gesto que la investigadora Micaela Navarrete asocia a Guillermo Matta, Agustín Edwards Ross y Carlos Walker Martínez, a quienes Rosa llama “Los garroteros del pueblo”.
También en sus letras, se releva orgullo por su condición de mujer: “Lector, si quieres saber/ La ciencia de la Rosita / Dirás al dar la chauchita/ ¡Buena cosa de mujer!”, señala en su libro “Poesías populares” (Imprenta Cervantes, 1893). Y también destaca la lucha de mujeres de distintas clases: en el pliego “¡Viva la oposición! ¡Ya cayó el tirano!” escribe: “yo diré que a todas horas / vivan las Opositoras, / que por no morir a pausa, / defendieron nuestra causa / como unas leales señoras”. Autodefinida como “poeta cronista” también criticó los matrimonios forzados y la violencia doméstica.
Para la cantora popular y también poeta decimista Daniela Sepúlveda, alias La Charawilla, su producción artística tiene una dimensión crítica. Para ella, Rosa Araneda “fue una poeta popular con un pensamiento crítico, cuya obra fue mucho más allá del arte puramente decorativo que realza la belleza de la vida, pues fue una poeta que retrató los procesos sociales de su época y que creó nuevos mundos desde su poesía”.
Por su parte, Ana Baeza Carvallo, académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, considera que “fue una poeta tan aguerrida como Violeta Parra”, destacando su compromiso político y su arraigo en la memoria colectiva. “No tenemos muchos datos biográficos pero sabemos por estudios de Rodolfo Lenz que ella vendía hasta 8.000 ejemplares de sus hojas de verso, algo impensado incluso para poetas contemporáneos”, señala la autora del libro ilustrado “De la Rosa a la Violeta” (Ediciones de Pantalón Corto, 2012)
Ante el silencio, el esfuerzo
A pesar de esa prolífica producción, su existencia misma fue puesta en duda durante décadas. Según recuerda la cantora popular “por muchos años los investigadores sostuvieron que Rosa Araneda no existió, que fue el álter ego de Daniel Meneses, su pareja y también poeta”. Fue solo gracias a registros posteriores —como la visita documentada por un investigador a su casa, donde la encontró escribiendo— y a los trabajos de mujeres académicas en las últimas décadas, que su figura comenzó a ser restituida en su estatura real: como creadora, como mujer y como trabajadora cultural.
Esta estrategia de ocultamiento es frecuente en la investigación patrimonial. Según Carolina Tapia, ésta se expresa también en el tipo de conocimiento biográfico que se tiene sobre las autoras. “Se suele resaltar en las mujeres su dependencia con respecto a los hombres, presentándolas como ‘hija de’ o ‘esposa de’. El mismo caso de Rosa Araneda es ejemplar en este sentido: incluso se llegó a anular su calidad de autora”.
Esa dificultad de abrirse paso en un mundo masculino queda en evidencia en sus décimas y en su forma de trabajo creativo, de doble esfuerzo. “Rosa fue incansable trabajadora, conocía muy bien la tradición, poseía un caudal de versos en su memoria y lo más probable es que improvisaba como queda sugerido en algunos de sus versos, donde ella se defiende de los poetas que la atacan diciendo que no era la verdadera autora de sus décimas. Rosa Araneda contesta poniendo en valor su memoria y capacidad para improvisar”, cuenta Ana Baeza.
Memoria, práctica viva y desafío
El legado de Rosa Araneda es un territorio al que le queda mucho por explorar. No existen imágenes de ella, su vida se ha reconstruido a la luz de sus décimas y las de otros poetas populares. Solo en el marco de la realización de este reportaje, se logró hallar el certificado de defunción de la poeta, confirmando así la fecha de su fallecimiento -que fue un misterio durante años- y otorgando una causa de muerte por pulmonía.
Frente a esto, Carolina Tapia propone estudiar la Lira Popular desde la perspectiva de género, tanto como producción cultural así como en su contenido. “La figura de Rosa Araneda es central en ambas áreas. Sobre el primer punto, destacando la excepcionalidad de la autoría femenina en esta manifestación y la abundante producción de Araneda, que da cuenta que superó con éxito los desafíos que tuvo que afrontar para desenvolverse en un mundo masculino. Sobre lo segundo, sería interesante conocer su mirada de mujer acerca de los acontecimientos y temas comentados mayoritariamente por hombres, y también si es posible establecer una suerte de estética femenina en su forma poética”, comenta.
En tanto, la académica Ana Baeza espera que la figura de Rosa genere tensiones: “Querría decir que la lean. Desde una perspectiva de género veo que lo más triste es que las mujeres son muy poco leídas hasta el día de hoy. Hay un cambio importante después de 2018 pero falta mucho aun”. Por otro lado, señala la docente, es necesario investigar la Lira Popular desde la interseccionalidad: “Estoy convencida de que nuestra historia literaria en Chile es profundamente clasista y es por esto que la Lira popular aún es muy desconocida en nuestro país”.
En esa línea, la cantora popular Daniela Sepúlveda considera necesario generar memoria viva respecto al rol de la poesía en la lucha por la equidad de género. Por ello, La Charawilla ha dictado decenas de talleres de décimas para mujeres de la Quinta Región y su libro “Mujer Revolucionaria” (Letras en Arena, 2022) reunió décimas de su autoría que analizan la patriarcal sociedad chilena. De hecho, el poema que dio nombre a ese libro fue interpretado musicalmente por la cantante chilena Monlaferte junto a 50 cantoras chilenas en una histórica presentación en el Festival de Viña del Mar en 2023. Es quizás la muestra que la figura de Rosa Araneda está lejos de ser olvidada: “Mi hija se llama Rosa Araneda porque es vital para mí, en mi rol de poeta popular, que siga resonando su nombre y que se conozca su historia. Quisieron enterrarla pero se convirtió en semilla, su historia es la historia de todas nosotras”, comparte la payadora.
Así se cumple el sueño de Rosa, ambición que dejó plasmada en sus versos “Conformidad de Rosa Araneda en sus agonías”, publicado póstumamente por su pareja Daniel Meneses en 1895: “Yo no siento de morir / Porque el morir no es afrenta / Lo más que a mí me atormenta / Es dejar de existir”.
Para leer a Rosa Araneda
Folletos de poesía popular y cancioneros digitalizados https://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/bnd/612/w3-search.html
Libros compilatorios en Memoria Chilena https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-96875.html
Recurso “La Lira Popular para niños” https://www.chileparaninos.gob.cl/639/w3-article-320916.html