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164 años retratando a Chile

Museo Nacional de Bellas Artes

164 años retratando a Chile

Publicado el 04/05/2010
Pertenecientes a las mejores colecciones del país, las 200 reproducciones que integran la muestra "Historia de Chile a través de la Fotografía", ofrecen una certera visión de nuestra vida cotidiana entre 1846 y 2010. La exposición, éxito desde el momento de su inauguración, congregó el pasado domingo a más de 5 mil espectadores.

La fotografía es uno de los inventos más trascendentes de la vida moderna. La primera imagen permanente fue realizada por el francés Nicéphore Niépce en 1826. Es un pequeño grabado que muestra unos muros y tejados, la cual requirió 8 horas de exposición, a pleno sol. Sin embargo, el método para obtener esa imagen pionera nunca pudo ser científicamente explicado, por lo que fue su compatriota, el pintor y escenógrafo Louis J. Daguerre quien, tras la muerte de Niépce en 1833 (con el que había formado una sociedad), quien en 1837 llegó al primer procedimiento documentado para obtener imágenes directas de la naturaleza.



A través del científico y político liberal Francois Aragó, el estado francés adquirió el invento y tras una reunión conjunta de la Academia de Ciencias y Bellas Artes, el 19 de agosto de 1839, proclamó sus detalles a través de la publicación del documento Historique et Description des Procédés du Daguerréotype... que dio la vuelta al mundo autorizando la práctica del "daguerrotipo" sin restricciones.



Llegada a Chile


La fotografía irrumpió en Chile de un modo novelesco, nueve meses después del anuncio de su descubrimiento en París, cuando el 28 de mayo de 1840 recaló en Valparaíso el buque escuela belga Oriental, al mando del capitán Lucques, cuya finalidad era educar a hijos conflictivos de familias adineradas. Como capellán de la expedición -que ya había recalado en Bahía, Río de Janeiro y Montevideo- venía el abate Louis Compte, quien traía consigo una cámara para hacer daguerrotipos. Sin embargo, el infortunio perseguía a la misión: al zarpar la corbeta rumbo a Lima, un fuerte viento y una mala maniobra la hicieron naufragar frente a la bahía de Valparaíso, hundiéndose con esas supuestas imágenes pioneras. Mejor suerte corrió Brasil, país que conserva tres daguerrotipos 7 x 9 cm. que Compte realizó el 17 de enero de 1840 en Río de Janeiro, a la sazón, las primeras fotografías en Sudamérica.



La segunda cámara de daguerrotipo llegada a Chile también tuvo mala suerte. Enviada por Francisco Javier Rosales, embajador de nuestro país en Francia, en su trayecto en carreta desde Valparaíso a Santiago -su destino era el Instituto Nacional-, se destruyó a golpes por los insufribles caminos ya descritos por María Graham en su histórico diario.



Una tercera cámara de daguerrotipos traída a Valparaíso en 1843 por el retratista francés Philogone Daviette fue la única sobreviviente. Sin embargo, su trabajo hoy perdido, no convenció al público que al año siguiente acudió al estudio de M. Hulliel y al de los norteamericanos Carlos y Jacobo Ward.



Según refiere el arquitecto Hernán Rodríguez Villegas, ex director del Museo Histórico Nacional y uno de los principales investigadores del tema fotográfico en Chile, José Dolores Fuenzalida, quien en 1844 trabajó en Valparaíso y después en Santiago, fue el primer daguerrotipista nacional. Tras de sí comenzaron a escribirse páginas memorables. El propio Hernán Rodríguez realizó la curatoría de la exposición Historia de Chile a través de la fotografía, que se presenta en el Museo Nacional de Bellas Artes y que agrupa, en dos centenares de reproducciones fotográficas, 164 años de historia de Chile a través del arte fotográfico.



Los pioneros



Entre los primeros fotógrafos instalados en Valparaíso, quienes también llegaron a tener importantes establecimientos en Copiapó y en Santiago, están los hermanos Helsby (Juan William y Tomás), quienes difundieron la "moda" de la fotografía entre la clase alta y la clase media acomodada. J. W. Helsby instaló en Valparaíso, en 1842, un taller de daguerrotipos en la Calle de la Aduana 111, en la punta de diamante que por muchos años fue llamada "Helsby s corner", hasta donde llegó una numerosa clientela. En la emblemática encrucijada porteña trabajaron sucesivamente, desde 1865, profesionales de la talla de Félix Leblanc, Jorge Valck (1878) y Harry Olds (1900). Justamente una fotografía atribuida a William Helsby, un retrato al daguerrotipo de Raimundo Larraín (1846), abre la muestra retrospectiva y es, según los curadores, la