Bordadoras de Copiulemu transmiten su tradición textil a estudiantes de Escuela Rural Unicornio en Florida

En la Escuela Rural Unicornio, de la comuna de Florida, se desarrolló el taller valorización del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) junto a las Bordadoras de Copiulemu, un grupo de mujeres que desde hace más de cincuenta años mantiene viva la tradición del bordado a mano con lana y aguja sobre saco harinero.
Transmisión de un oficio colectivo
La actividad fue organizada por la Unidad de PCI de la región del Biobío y reunió a estudiantes y docentes en torno a un espacio de aprendizaje y valoración del patrimonio local y el taller fue conducido por las cultoras Olguita Tiznado, María Pavez, Katherine Pavez y Blanca Cabrera, quienes compartieron con la comunidad educativa los saberes, historias y experiencias vinculadas a este oficio artesanal.
Los niños y niñas participaron de un conversatorio inicial, donde conocieron el origen y la importancia cultural del bordado en Copiulemu, y luego en un ejercicio práctico, en el que se acercaron a las técnicas básicas que las bordadoras han preservado de generación en generación.
Un arte con identidad y memoria
Los bordados de Copiulemu se caracterizan por su espontaneidad creativa y por la representación de paisajes, labores campesinas, tradiciones rurales y el vínculo con la naturaleza. Cada puntada refleja no solo la estética de la vida en el campo, sino también la memoria de una comunidad que ha transmitido sus saberes a través de la oralidad y la práctica cotidiana.
La jornada permitió que los estudiantes no solo conocieran un oficio patrimonial vivo, sino que también valoraran el rol de las cultoras en la transmisión de saberes y en la construcción de identidad territorial.
De esta forma, la Escuela Rural Unicornio se transformó en un espacio donde la educación formal se entrelaza con la tradición comunitaria, reforzando la importancia de que niñas y niños reconozcan el patrimonio como parte fundamental de su presente y de su futuro.”